lunes, 18 de octubre de 2010

Blas de Lezo y la Guerra de la Oreja de Jenkins




Blas de Lezo y Olavarrieta nació el 3 de febrero de 1689 en Pasajes (Guipúzcoa). Con tan solo 12 años fue alistado como guardamarina a las ódenes del Conde de Toulouse, hermano de Luis XIV de Francia el cual había dictaminado un mayor intercambio entre oficiales españoles y franceses.

En 1701 estalló la Guerra de Sucesión, y en 1704, Blas de Lezo, con 15 años recién cumplidos, combatió en la mayor batalla naval del coflicto: Vélez-Málaga. Allí fue gravemente herido por un cañón en una pierna, que se le tuvo que amputar en el acto, en condiciones pésimas, y sin anestesia. Aún así, el joven siguió participando en el conflicto, llegando a protagonizar una heróica maniobra de distracción contra los ingleses en el sitio de Barcelona, o luchando en la batalla terrestre de la toma de Santa Catalina de Tolón, donde perdió su ojo izquierdo. Y es que con solo 25 años, el marino era cojo, tuerto, y manco, ya que una bala le inutilizó el brazo derecho, lo que le mereció el apodo de Patapalo o Mediohombre.

Tras la guerra se le asigna su primer barco, el Lanfranco, y a partir de entonces se dedicará a la caza de piratas en los Mares del Sur, frente a las costas de Perú. En esa época, se enamoró y casó en Lima con una tal Josefa Pacheco; y obtuvo por su actividad una gran reputación.
Sin embargo, en el año 30 es destinado al Mediterráneo, donde se cuenta que el Rey lo mandó con 6 navíos a Génova para recoger 2 millones de pesos que la républica debía a España. Blas de Lezo se reunió con los dirigentes genoveses y marcó una hora límite en el reloj de la ciudad, antes de la cual debían entregarle el dinero, o abriría fuego contra el puerto. No sólo logró la suma antes de la hora convenida, sino que obligó a aquellos hombres a protagonizar un homenaje público a la bandera española.
Más tarde, en Orán (Argelia), persiguió a bordo del Santiago al caudillo pirata Bay Hassan hasta la Bahía de Mostagán, defendida por 2 castillos y 4000 hombres, donde se refugió. De Lezo entró, destruyó los castillos, y apresó al pirata tras hundir su barco insignia solo con su buque.
Sin embargo, la mayor gesta del marino viene de su época de comandante general en Cartagena de Indias, cuando estalló la Guerra de la Oreja de Jenkins, o Guerra del Asiento. El Almirante Vernon se dirigía a la plaza tras conquistar Portobelo con la mayor armada reunida hasta la fecha desde la Gran Armada española: 186 barcos, 23.600 hombres y 2000 cañones. Por su parte, de Lezo contaba únicamente con 6 barcos, 3000 hombres y 990 piezas de artillería; por lo que Vernon pidió por carta la rendición de la ciudad. La respuesta del español fue: "Si hubiera estado yo en Portobelo, no hubiera su Merced insultado impunemente las plazas del Rey mi Señor, porque el ánimo que faltó a los de Portobello me hubiera sobrado para contener su cobardía."

Tras tres duros meses de batalla, y gracias a la invención por su parte de la técnica de trinchera en zigzag y a la estratagema de enviar dos falsos desertores al enemigo para llevarlo donde él quería, logró salir sorprendentemente vencedor del mayor desembarco de la historia después del de Normandía, con menos de mil bajas y destrozando prácticamente la totalidad de los navíos ingleses. Se dice que Vernon gritó durante la retirada  "God damn you, Lezo!" a su rival en la fortaleza. De hecho, el inglés estaba tan seguro de la victoria que antes de entrar en combate había mandado acuñar monedas conmemorativas del suceso (y que se trataron de retirar tras conocerse la noticia de la derrota).
Moneda conmemorativa de la "victoria" de Vernon. De Lezo aparece sano para no parecer un rival débil
El rey Jorge II de Inglaterra se sintió tan avergonzado que ordenó a los historiadores que este suceso fuese eliminado para siempre de sus archivos, ya que no solo fue un hecho humillante, sino que resultó una batalla decisiva en el devenir de la guerra.

Blas de Lezo moriría días después víctima de la peste, y no fue hasta años después que la Corona otorgó a su familia el marquesado de la Real Defensa. Aún así, uno de los mayores héroes españoles de todos los tiempos fue relegado hasta hace bien poco al olvido.

3 comentarios:

bel dijo...

primera en escribir!!!
¡interesantísimo!
desde luego,sirve de ejemplo de lo que es capaz de hacer una persona si se lo propone... xD

J. Lluch dijo...

gracias bel!
me alegra que opines eso, y espero que te guste el nuevo aspecto de la entrada!seguiremos mejorando esto, porque no ha hecho más que empezar!

Sajasbili dijo...

Me gusta ésta página y sus artículos. Están muy bien escritos. Gran hombre Don Blas de Lezo, merecería como mínimo cierto reconocimiento popular.
Sigue trabajando así, Mr. Lluch. Y si yo te puedo ayudar en algo, no dudes en decírmelo.

(Creo que sabrás quién soy)